domingo, 24 de noviembre de 2013

Mientras llovía.

La tarde se oscureció y ya no podía dejar de pensarle, miraba como las gotas caían por mi ventana haciendo carreras de quien se desvanecía primero, las luces cruzaban el cielo, la gente caminaba bajo la lluvia, una interminable melodía surcaba el firmamento, y yo la observaba. ¿Cómo era posible que él estuviera en cada rincón donde mis ojos se posaban?,¿cómo era posible creer que caían góticas de amor?.

El cielo era gris y blanco, cuando esta en estos colores me parece que esta triste y es como si pudiera leer sus ojos y ver la gran melanconlia que lo invadía. Los árboles bailaban un Jazz al rito de aquella orquesta.

Me preguntaba como era posible amar tanto los días de lluvia  que a la vez hacían que le extrañara con más intensidad. Recordé cuando volábamos entre las nubes sin mirar atrás, cuando las horas corrían cómo segundos y sin pensarlo ya teníamos que volver a bajar.
El chocolate estos días me hacia pensar en cómo tantos aromas podían bailar, formando un camino de recuerdos donde él solía estar, esperando a que volviera aquella sonrisa fugaz.

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